¿Qué significa este fallo?
El ventilador del radiador se encarga de mantener la temperatura del motor bajo control cuando no hay suficiente flujo de aire (por ejemplo, al estar detenido o en tráfico). Si no se activa cuando debería, el motor puede sobrecalentarse, provocando daños graves en juntas, manguitos o incluso la culata.
Si el ventilador no salta, el motor se calienta sin remedio: actúa rápido o el daño puede ser irreversible.
¿Cuáles son las causas más comunes?
Estos son los 5 motivos más frecuentes por los que el ventilador del radiador no se pone en marcha:
- Sensor de temperatura averiado: Si el sensor no detecta correctamente la temperatura del refrigerante, el ventilador no recibe la orden de encendido.
- Relé del ventilador defectuoso: El relé actúa como interruptor eléctrico. Si falla, no permite que el ventilador reciba corriente.
- Motor del ventilador quemado o gripado: El componente mecánico puede deteriorarse con el tiempo o por sobrecargas eléctricas.
- Fusible fundido: Un cortocircuito previo o una subida de tensión puede hacer que se funda el fusible del ventilador.
- Cableado en mal estado o con falsos contactos: Cables viejos, empalmes sueltos o conectores sucios pueden impedir el funcionamiento correcto.
¿Qué soluciones existen para este problema?
- Revisar el sensor de temperatura del refrigerante con un escáner o multímetro.
- Comprobar fusibles y relés relacionados con el sistema de refrigeración.
- Testear directamente el motor del ventilador conectándolo a una fuente de corriente.
- Verificar continuidad en el cableado entre sensor, relé y ventilador.
- Sustituir cualquier componente dañado por uno original o de calidad equivalente.
¿Cuándo ir al taller?
Si notas que la aguja de temperatura sube más de la cuenta y el ventilador no arranca, no arriesgues. Es imprescindible acudir a un taller antes de que el motor sufra un sobrecalentamiento que pueda acabar en una avería grave y costosa.
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